Realizar
cálculos en Física es básico, puesto que la
cuantificación de las magnitudes que en ella se utilizan es precisamente
la base del actual método de trabajo de esta rama del saber. Por eso lo
que los alumnos suelen llamar "problemas", como si fueran algo
diferente de la teoría, desempeña un papel fundamental en la
enseñanza de esta materia. Porque no pueden resolverse sin un
conocimiento de esa teoría y a la vez su resolución facilita el
aprendizaje de ella. Todos los profesores coincidimos en que problemas y
teoría son una misma cosa, porque para resolver aquellos es preciso
haber comprendido claramente esta. ¿De dónde proceden las
discrepancias entre los unos y los otros?
Una
respuesta a esta pregunta puede ser que a los alumnos, en muchos casos, no se
les ha enseñado bien como deben resolver los problemas. Y han llegado a
la conclusión de que se resuelven aplicando
unas recetas aprendidas de memoria. Cuando tal cosa
ocurre no se han alcanzado algunos o todos los objetivos que deben presidir la
realización de cálculos numéricos en esta materia.
Serían ellos entre otros:
1)
Aunque parezca obvio, el primero es entender el
fenómeno físico que se presenta en el problema a resolver y el significado
de todas las magnitudes que en él intervienen.
2)
Saber razonar los pasos adecuados para resolverlo
incluyendo el manejo de las herramientas matemáticas precisas
y
3)
Ser capaz de analizar con espíritu
crítico los resultados obtenidos.
¿Cómo
se pueden plantear los enunciados de los problemas para acercarse lo más
posible a alcanzar esos objetivos?
Una
vez más las soluciones, o intentos de soluciones, al problema de los
problemas pueden ser varias. En esta página se van a proponer algunas,
que al menos facilitan en ocasiones el aproximarse a esos objetivos ideales. Se
trata en principio de que los problemas tengan un mínimo
"gancho" para que los alumnos, en la medida de lo posible, se
interesen por ellos y si es posible sientan curiosidad por conocer los
resultados que se obtienen. A conseguirlo pueden ayudar varias cosas:
1)
Que los problemas versen, siempre que
se pueda, sobre hechos físicos que el
estudiante conozca o que pueda imaginar fácilmente.
2)
Que los resultados permitan ser objeto de
crítica en función de los conocimientos que el alumno
posee.
3)
Aunque sea más difícil de conseguir, hacer que la "historia" del problema pueda despertar
curiosidad en el alumno, sea sobre ese tema o sobre otra cosa aunque
no sea de Física.
4)
Que al alumno le resulten familiares la forma de
presentar los datos que se le dan y pueda asociarlo con objetos familiares. Para ello nada mejor que, en vez de presentar
solamente los números precisos, presentárselos en relojes,
balanzas, mojones kilométricos, etc.
En
lo relativo al "gancho", no nos hacemos la ilusión de
emocionar a los estudiantes ante un problema determinado, pero sí
provocarle un mínimo interés. Teniendo en cuenta que nos
encontramos en una era en la que la cultura de la imagen es la que manda, ¿no
puede ser un aliciente para interesar por un problema, plantearlo de forma
animada? Eso se puede hacer con unas viñetas o fotos atractivas y
si es posible con imágenes que se muevan. Hoy, ventajas de la
modernidad, no resulta difícil hacerlo hasta a artistas tan poco
hábiles como los autores de esta página. Todo ello tiene la
ventaja de que el tema resulta más entretenido, obliga al
estudiante a fijarse en las
imágenes y le acerca a la realidad. Si en vez de decir que algo
está a una distancia dada del suelo, se le señala que está
en un piso conocido y se le da la altura de cada uno de estos, le colocaremos
en una situación más parecida a la que se le plantea en la vida
ordinaria. ¡Y de paso se hace una idea de la altura de las casas
normales!
Hoy
puede usarse Internet como herramienta básica de la enseñanza por
lo que el alumno puede hacerlo desde su casa o hasta con el teléfono
móvil, que la mayoría de ellos maneja. Para ilustrar de nuestras
intenciones veamos algunos ejemplos.
1.
Un
problema de Cinemática que usualmente suele presentarse con un
enunciado del tipo:
Un cuerpo sale de A a hacia B a
Planteado así no puede
despertar la curiosidad del alumno porque es muy fácil que no asocie el
enunciado con nada conocido y tampoco puede despertar su sentido crítico
ya que el resultado no le dice absolutamente nada. ¿No será
posible conseguir algo más si se presenta como el de "Correr para sobrevivir" de la
"Colección de problemas" que aparecen en esta web? Al que se
puede acceder desde aquí
2. Un
problema de energía mecánica en el que haya que calcular la
energía cinética de un cuerpo en movimiento, presentado con
frecuencia como: Un cuerpo se mueve a 30 m/s de
velocidad. ¿Qué energía cinética posee?
Los inconvenientes son los mismos del
caso anterior. Quizá las cosas cambian si se le presenta como “La duda del estudiante” al
que se puede acceder desde aquí.
Finalmente queremos plantear una
opinión acerca del número de problemas que los alumnos deben
resolver en las sesiones de clase. ¿No es más positivo
resolver unos pocos problemas con detenimiento y discusión que abordar
muchos despachándolos rápidamente? No hay que olvidar que
este método es mucho más proclive a aprender recetas que a
analizar con sosiego todas las posibilidades de cada uno. Aunque sea solo
porque si se han discutido ampliamente dos problemas en una sesión de
trabajo, todos se acuerdan (nos acordamos) de lo que se hizo, pero como
resolvamos siete lo más normal es que al cabo de un rato se nos olviden
cuatro. Y si se desea, o conviene en un caso dado, hacer varios
¿por qué no se aprovecha uno de los ya planteados, buscando
situaciones diferentes a las presentadas inicialmente?
Evidentemente
no es fácil encontrar problemas que reúnan las condiciones
exigidas. Por eso nos hemos embarcado en crear un banco de problemas de
este tipo en la parte de esta página web. Para acceder a ellos ir a “PROBLEMAS. Nivel inicial. Nivel
superior” pulsando en la página inicial de la
web
Si
algún lector aporta alguna sugerencia se la agradecemos de antemano y la
tendremos muy en cuenta.